Ayer fue El Día de Las Cruces en Granada, y fue uno de los mejores días de mi tiempo aquí. Yo pasé toda la tarde en las calles y las plazas con mis amigas y la gente granadina. Mis amigas y yo vimos las cruces de claveles en las plazas Bib-Rambla, Carmen, Larga (en el Albaicín), y a la menos cuatro más en plazas desconocidas a mí. Me encantaron los flores, las bufandas en los paredes, las manzanas con tijeras, la música, las ollas de cobre, los bailarines de flamenco y toda la gente española y extranjera (yo oí más alemán e ingles ayer que en todo mi tiempo aquí). Es obvio que todas las cruces fueran increíbles y bonitas, pero mi favorito es la cruz en la Plaza Larga del Albaicín. No es mi favorito porque fue lo más bonita, lo más decorada o lo más grande, sino porque me encanta el ambiente de esta plaza.
Cuando mis amigas y yo nos acercarnos a la plaza, apareció como una gran fiesta. Había música tan fuerte, un tablado con bailarines de flamenco, y toda la gente estuvieron en la plaza (y no los bares) y estuvieron bebiendo, cantando, bailando y disfrutando del día de fiesta. En esta plaza, la gente no fueron lo más joven ni los mejores bailarines, pero en toda la plaza había un gran sentido de algo, y de todas las plazas que vimos, la gente allí se aprovecharon más de las fiestas y el día. Es casi como esta plaza es la que está de acuerdo con mis ideas de un día de fiesta en España.
También encontré esta graffiti en el Albaicín que dice “La cultura está en la calle” y me hizo pensar. Cuando pienso en lo que es la cultura, pienso de cosas como la sinfonía o el ballet o el teatro, porque he aprendido que cosas como estas son necesarias para una ciudad culta, porque las demuestran que hay riqueza y gente educado. Estoy de acuerdo con este idea, pero también pienso que estas cosas no definen cómo es la ciudad. En Colorado he visto sinfonías de antiguas compositores de Rusia, obras de opera con cantantes italianos y mucho más de compositores de los EEUU. Todo esto es bueno, pero no dicen nada de Colorado. Para saber Denver, o cualquier ciudad, de verdad, necesita ir a las calles, a los lugares que no son ricos o famosos, para ver la gente y sus vidas verdaderas. No puede saber nada de la cultura granadina si no vaya al Albaicín o coma tapas o ande por la ciudad solamente para ver la gente. La cultura de una ciudad viene de la mezcla de gente de todos tipos, y lo que es creado de esta mezcla.
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